Almacenaje de mercancías

Almacén cubierto

Es el tipo de almacenaje más común. Las distintas mercancías se encuentran resguardadas de los fenómenos meteorológicos, quedando protegidas de posibles deterioros.

Es el tipo de almacenaje más común para aquellas mercancías frágiles, perecederas o embaladas en cajas de cartón.

Además, en este tipo de almacén es posible mantener una temperatura estable, así como su humedad relativa y la luz incidente en caso de que así la mercancía lo requiera.

Almacenaje descubierto

También llamada campa o depot. Consiste en un recinto al aire libre reservado para el depósito de mercancías y cargas que resisten por sí solas los factores climáticos.

En muchas ocasiones estas mercancías se cubren con lonas para evitar que el agua de lluvia se acumule directamente encima de la mercancía, preservando su integridad.

Este tipo de espacio es usado principalmente para guardar materiales de construcción, equipamiento para infraestructuras y mercancías no perecederas con embalajes que resisten al exterior, como barriles o bidones. 

Depósitos de contenedores marítimos

Esta clase de espacio está destinado para que las empresas importadoras guarden sus contenedores marítimos vacíos y los exportadores puedan dirigirse a la localización del almacén y recoger un contenedor para realizar los envíos.

De esta forma ambas partes ahorran recursos, costes de desplazamiento, tiempo, y espacio de almacenamiento sin la necesidad de disponer de una zona para guardar estos contenedores.

En estos espacios también se suele vender y alquilar contenedores marítimos de segunda mano.

Almacenamiento de mercancías peligrosas

Para almacenar mercancías peligrosas se ha de contar con autorizaciones específicas APQ. 

Un almacén adaptado tiene que contar, por ejemplo, con plataformas elevadas con drenajes o cubetas de retención para controlar los posibles derrames que se puedan producir de estas sustancias.

Además, la empresa encargada del almacenamiento debe ser conocedora de todas las normativas que rigen la manipulación de mercancías peligrosas y contar con personal cualificado y bien protegido para la correcta manipulación de estas materias.

Embalaje y sustitución de cajas

En el caso de que desees reemplazar el embalaje de tus productos, en caso de que seas importador, nosotros podemos encargarnos de esa tarea.

En este servicio sustituimos embalajes dañados o añadimos una caja de cartón exterior a la ya existente para añadir su marca y mejorar su protección de cara al proceso de distribución de última milla.

Consolidación y protección

En muchas ocasiones recibimos la mercancía directamente en contenedores marítimos. Para facilitar su manipulación y su correcto almacenaje, colocamos debidamente los productos recibidos en pallets y, en caso de ser necesario, retractilamos la mercancía, protegiéndola con una película de film plástico.

Etiquetado

De igual forma, nos podemos hacer cargo del etiquetado de tus artículos, identificándolos con tus SKU’s o EAN’s, incorporando tu logotipo, tus códigos de barras u otros datos específicos que consideres necesarios.

Fase de planificación e información

El proceso de recepción de mercancías se inicia con la debida coordinación de la cadena de suministros, informando al almacén de la gestión de compra o aprovisionamiento.

Resulta sumamente importante planificar la llegada de mercancías para evitar congestiones en los muelles de descarga y saturar al equipo humano que se encarga de descargar el medio de transporte en el cual ha llegado la mercancía.

Fase de descarga y gestión de los muelles de carga

Esta parte de la operación está enfocada a la descarga de la carga que llega en los camiones, contenedores marítimos o en el tren, además de su traslado al espacio que van a ocupar dentro del almacén o a su ubicación en las estanterías.

Fase de control de calidad y recuento

Al recibir la documentación de la mercancía que va a entrar en el almacén, en primera instancia se deberá realizar una comprobación de los albaranes para verificar si coinciden con lo acordado con el proveedor. Es decir, verificar el modelo, la cantidad y las especificaciones de la mercancía recibida.

En esta fase, que se realiza en paralelo a la fase de descarga, también se comprueba el embalaje de los productos recibidos con el fin de constatar su buen estado.

Muchas de las empresas con las que trabajamos poseen su propio control de calidad, que previa formación de nuestro personal, realizamos con las mercancías recepcionadas.

Fase de etiquetado, paletizado y colocación de la mercancía

A lo largo de este proceso de recepción de mercancías, es fundamental registrar, identificar y etiquetar correctamente los productos recibidos para controlar posteriormente su ubicación dentro de las instalaciones.

Es posible que, al recepcionar una mercancía, se den una de las siguientes situaciones:

• Si se reciben los artículos sin paletizar, se deberá consolidar e identificar esta mercancía antes de ser colocados debidamente en el almacén.
• Si la carga está debidamente organizada en palés, tan solo será necesario realizar la comprobación documental antes de trasladarlas a las estanterías correspondientes.
• Por último, que la mercancía que llegue sea procedente de una devolución. En este caso se deberá de seguir las pautas de gestión de logística inversa, como verificar el estado de los artículos devueltos.

Por otro lado, es posible que llegue material para almacenar sin ser avisados o a una hora distinta de la acordada. Este evento, en logística, se conoce como recepción a ciegas y toda empresa que almacene mercancías debe tener un protocolo para actuar de forma eficiente sin que paralice otros procesos.

También, el contar con un sistema de gestión de almacén o SGA ayudará a dirigir los recursos de forma efectiva ante estas situaciones inesperadas y sin interferir en el resto de actividades logísticas que se estén llevando a cabo.

Carga unitaria o paletizada sobre el suelo

La mercancía se guardará sobre palés, normalmente de madera, y dependiendo del volumen y número de bultos, se retractilará para evitar caídas. Estos pallets se depositarán directamente sobre el suelo, ocupando exclusivamente el espacio reservado.

Cargas apiladas

En caso de que la mercancía a almacenar tenga capacidad autoportante, como es el caso de los bigbox, o que tenga resistencia suficiente, como las sacas de graneles, se podrán almacenar la mercancía apilando las cargas hasta alcanzar la altura máxima recomendada, aprovechando al máximo el espacio vertical de almacenaje.

Estanterías

Este método es idóneo para almacenar materiales y embalajes de distintos tamaños, así como servir de apoyo para colocar palets estandarizados o cajones.

Para optimizar las tareas de picking, es necesario que los productos guardados en las estanterías estén correctamente identificados, con las etiquetas bien visibles.

Las estanterías resultan ser el medio de almacenamiento más económico y conveniente para el almacenaje de mercancías generales.

Almacenamiento de tubos y columnas

A la hora de guardar cargas con una dimensión mucho mayor que las otras dos, se emplea el uso de estanterías especiales con brazos de modo que la mercancía queda accesible para su carga y descarga. 

Cajas o Cajones

En caso de tener materiales de escaso tamaño, tales como elementos de ferretería, de fontanería o de papelería, entre otros artículos, se recomienda su almacenamiento en cajones, quedando accesibles y ordenados.  

Las dimensiones de estos cajones varían en función del uso al que vayan destinados y, en general, suelen estar fabricados en polipropileno.